Todos los seres humanos debemos llevar a cabo un estilo de vida dentro del contexto saludable que incluya una dieta equilibrada y actividad física. Cuando una persona es diagnosticada con diabetes las reglas de vida siguen siendo las mismas.
Puede que cambie la distribución de carbohidratos o la cantidad de determinados grupos de alimentos que pueden influir en tus actividades diarias, pero la necesidad de mantener energía disponible para tareas de tu cuerpo sigue estando presente.
Además continúa la tarea de seguir las recomendaciones de practicar ejercicio. Mantenerte alejado del sobrepeso u obesidad, o buscar como objetivo obtener un peso saludable debe ser tu prioridad en el tratamiento de tu diabetes.
Cada día debes procurar fomentarte a ti mismo una alimentación adecuada en cantidad, calidad y equilibrada, crear una rutina de ejercicio moderado o intenso que se adapte a tus necesidades diarias, recuerda que las personas activas mejoran su rendimiento laboral.
Si padeces diabetes debes formar hábitos responsables para tu salud, que te permitan mantener un auto control de glucosa en sangre, y ajustar tus actividades a lo que tu cuerpo necesita para mantenerse estable, incluir a tus familiares y compañeros de trabajo a formar parte de hábitos más sanos (aunque no padezcan diabetes), y crear una cultura y ambiente que te rodea más sano.
Lo más importante es sentirte bien, evitando los riesgos que arrastra una diabetes no controlada: elevación prolongada de tu nivel de glucosa, alteración de tu sistema nervioso periférico, amputaciones, daño ocular y renal, entre otros.
Guía de Diabetes y Trabajo, Asociación de Diabéticos de Madrid, (2014). https://www.fundaciondiabetes.org/upload/publicaciones_ficheros/56/Guia_DiabetesyTrabajo.pdf
